inmigrantes por
una autovía húngara hacia la frontera con Austria . REUTERS
Estamos en un momento de la historia de
grandes cambios, situaciones imparables
en nuestras sociedades y el mundo en general.
Nos enfrentamos a uno de los desafíos más grandes que tiene por delante
la humanidad , uno de los probablemente más drásticos.
Se nos avecinan retos probablemente muy complejos
de asimilar, para el poco tiempo en el que se van a dar , acostumbrados como
estamos a cambios que van generacionalmente implantándose. Pero dudo que los
próximos cambios tarden generaciones, tal vez lustros o décadas.
Nos enfrentamos, y eso ya lo estamos
viviendo desde hace años, oleadas la personas que huye del hambre y la pobreza, ahora se suman
grandes éxodos huyendo de las guerras y ha esto tendremos que ir añadiendo los
desplazamientos que se producirán derivados del cambio climático. El movimiento
geográfico de las masas, no se va a detener eso debemos darlo por seguro.
Lo que ahora nos parece vergonzoso,
probablemente nos seguirá avergonzando dentro de unos años, por una sola razón,
y es que en Europa y el resto del mundo en general estamos gobernados por
políticos, que en ningún caso están a la altura, que las circunstancias
requieren.
Ellos no son capaces de ponerse de acuerdo,
en cuestiones humanitarias. Mientras los países fronterizos levantan grandes
muros y alambradas.
Es realmente triste ver como en Europa no
existe ni el más mínimo interés, por hacer frente a la situación hasta que esta
no empieza a traspasar de forma avergonzarte
los países que por proximidad geográfica
siempre han estado recibiendo estos movimientos migratorios.
Vemos demasiadas imágenes que dan
vergüenza.
Vemos demasiados políticos que dan asco.
Pero parece que no nos demos cuenta, que
se trata de personas , que podríamos ser nosotros mismos, estas personas ya no
van buscando un sueño, solo quieren poder dormir tranquilos sin ruido tronador
de la guerra. Se trata solo de vivir, aunque se jueguen la vida por hacerlo.
Miremos la situación sin miedo y sin
prejuicios, y por una vez, no nos quedemos mirando el dedo cuándo estamos
señalando a la luna.
Las soluciones mágicas no existen, pero
evitar dar una solución ahora, solo hará que en el futuro la situación empeore,
no se puede pretender parar las aguas de un rio con una presa de madera.